Bidaia es una palabra que elegí como título por dos motivos: viene del euskera y significa viajar, pero
fonéticamente suena en castellano a -vida-. Esta simbiosis de conceptos resume de una manera rápida y directa el conjunto de mi obra. Es un proyecto que nace al encontrarme durante un año en una comunidad nueva, Navarra. Cuyos paisajes lograron generar en mí un estado de evasión durante el confinamiento perimetral que se vivió en el 2020-2021.
Este proyecto se inicia por el interés que me atrajo los paisajes tan diversos de Navarra, pero a medida que pasaban los meses e iba cogiendo forma, se convirtió en más que una exploración del territorio. En un reflejo personal de mi paso por esta tierra y por todos aquellos acontecimientos que viví durante ese periodo: amor, desamor, soledad, melancolía, tristeza, alegría, incertidumbre y miedo. Es el resultado de una introspección, de un dejarse llevar y mostrar que la vida es como una carretera de curvas con sus subidas y bajadas, siendo nuestro alredor más interesante que el lugar de destino.
Este proyecto se compone de 10 ilustraciones, un color, un mural de 768 fotografías de paisajes realizados desde la ventana del coche en movimiento, un vídeo y tres dibujos que surgen tras rememorar cada suceso, cada sentimiento para transformarlo en una pincelada, en un gesto, acompañado de una única canción, Infra5-Orchestra Version de Max Richter.