Esta cxsa no se habita…
Jone Rubio
… es un recuerdo, un objeto, el registro de un afecto, de un tacto, de un algo. Se trata de una experiencia materializada en un objeto que dejó de ser para resignificarse. ¿Podemos habitar un espacio sin vivirlo? ¿Usarlo como lugar de paso implica habitarlo? ¿En qué se basa el habitar?
Busco compulsivamente información sobre el tema, un tema que me obsesiona, y en una de estas doy con Ontología del habitar de Angelica Crespo: ´´ La facultad de ‘habitar’, se relaciona directamente con el concepto de ‘carne’ como ‘cuerpo vivo’. A partir de esto se le da una gran importancia al cuerpo, no de un ‘sujeto’, sino al de una ‘persona’ cargada no de dimensiones racionales y subjetivas, sino de dimensiones y expectativas vitales y corporales. De ahí la ‘presencia de la carne’ como una condición fundamental para poder llenarnos de actos (…) la corporeidad misma nos convoca a estar abiertas y atentas al acontecimiento del sentido a ser prácticamente omnipresentes para poder así recibir de las cosas sus texturas, sus colores, sus formas, sus olores y ‘complementarlas’ con el sentido de su propia experiencia´´.
Este habitar se transforma en experiencias, una experiencia construida, que como Donna Haraway relata, es movilizada como un objeto de conocimiento, un objeto de acción. Las experiencias se convierten en memoria, y la memoria en objeto, en emoción, en movimiento, en registro de algo que fue. De algo que nos representa, pero que no se representa, que no se quiere representar. ¿Un registro de una disidencia? De quienes disidieron de un lugar, de un hogar, de un espacio, de un cuerpo, de un afecto, para crear lugar, hogar, espacio, cuerpo, afecto.
Esta cxsa se transforma en una dimensión afectiva que apela al recuerdo individual, y a su vez colectivo. Me gustaría que fuera espacio de encuentro, un sentimiento compartido que influyera en la rehabilitación cognitiva de emociones compartidas, o no. Pero que sí infiriera en una reflexión, en una búsqueda y encuentro que nos lleve a un entendimiento, a un afecto, a una empatía.
Sumergida en la búsqueda de respuestas leo La política cultural de las emociones, y dice lo siguiente: ´´La solidaridad no significa que nuestras luchas sean las mismas, por eso implica compromiso y trabajo. El reconocimiento de que, aunque no tengamos los mismos sentimientos, o las mismas vidas, o los mismos cuerpos, vivimos en un entorno común. ´´
Y es así como entiendo que esta cxsa no es un espacio neutro. La neutralidad es comodidad. Y esta cxsa no es cómoda, implica una reflexión, un posicionamiento, un movimiento. Esta cxsa está situada en un contexto determinado, con su historia, con sus recuerdos, con sus objetos, sus cuerpos y sus memorias. Algunos de ellos nos invitan a reflexionar sobre qué es lo que ha pasado hasta ahora, sobre donde están los testimonios silenciados, sin voz, sin boca y sin movimiento. Desvanecidos sin que tengamos un mínimo recuerdo de su existencia, o aquellos que están a punto de disiparse, o los que tienen miedo a tener voz.
Inspirada por el texto Tiranía cultural de Gloria Anzaldúa 1 , recompongo sus palabras y deduzco que es en la soledad de esos sonidos silenciados donde florece nuestra rebeldía.
En este espacio inhabitado el cuerpo de las artistas se transforma en registro de su movimiento, una cristalización de sus cuerpos materializada en una expresión artística. El cuerpo, el movimiento lo creáis vosotrxs cuando circuléis entre las piezas de Celia. En el momento en el que observéis los trazos de Mireya. Cuando os sentéis en las sillas que en un pasado cercano nuestros cuerpos ocuparon y tratéis de buscar respuestas a las reflexiones que Aizpea os lanza. Vuestros cuerpos se erizarán en el momento en el que se sitúen frente a los carteles de Andrea. Y, trasladados a la instalación de Ione, deducirán que en la adversidad siempre, hay grietas, hay alternativas.
Ese movimiento será transformado por Idoia, Irati, Alazne y Sarai quienes como visitantes registren su experiencia con la inmediatez y efimeridad de sus bertsos. Y es que, tal como Uxue Alberdi dice en kontrako eztarritik, ´´la bertsolari es el cuerpo, y tiene el cuerpo como primera atalaya´´. Esta no es la única atalaya ligada a esta cxsa, pero sí que será la única que la habitará. Ya que, el proyecto saldrá de las salas de exposiciones y empapará, okupará, las calles, así como lugares inhabitados que recuperarán su vida. Con Ibil Bedi a través de su música en el pórtico del Centro Cultural de Aoiz, Sutan en el escenario de Iortia en Altsasu y Artafarándula en una antigua tienda revivida por el colectivo en Tafalla.
Todo parte de un proceso de búsqueda, de reflexión, de inflexión… que finalmente se materializa en una creación. La música, los bertsos, la pintura, la escultura, la instalación, el cine… son resultados de un proceso similar. Un proceso, que finalmente se cristaliza en un soporte, un sonido, un movimiento o un cuerpo.
La respuesta está en el proceso.
Reflexionando en torno al proceso en el que se ven sumergidas todas las artistas, encuentro la respuesta en el texto Mi oficio de Natalia Ginzburg: ´´los días y las cosas de nuestra vida, los días y las cosas de la vida de los demás a que nosotros asistimos, lecturas, imágenes, pensamientos y conversaciones: se alimenta de todo esto y crece en nuestro interior´´. Y es que, el proceso, lejos de connotaciones románticas, es parte del oficio de artista.
Esta cxsa hace referencia a la memoria de los objetos, a la que se translada en el espacio, y en parte, a la que reside en nuestra existencia. Y, en la misma línea, invita a quebrar las jerarquías artísticas, integrándolas en una misma atmosfera donde las expresiones se tejen, se sumergen y quiebran entre ellas.
Quiero crear un diálogo que se transforme en recuerdo. Un diálogo que genera un nexo entre el pasado y el ahora, que hace de la memoria algo vivo. Demostrando que, como María Rosón destaca en Madres fantasma, ‘la memoria feminista construye esa colectividad e incide en que no estamos solas, que a pesar de nuestra vulnerabilidad contamos con un legado fantasmagórico que nos vuelve poderosas’. Y, concretamente, es esta transmisión la que ‘nos remite a la existencia de un marco para hacer memoria a nivel individual y colectivo’.
1Texto recomendado por Andrea Ganuza, compañera del proyecto. e den Andrea Ganuzak gomendatua
BIOGRAFÍA
Jone Rubio Mazkiaran (Alsasua, 1995) comisaria de Esta cxsa no se habita… es graduada en Historia del Arte por la Universidad del País Vasco (UPV-EHU). Tras finalizar sus estudios en esta, realizó el Máster en Estudios Avanzados en Historia del Arte de la Universitat de Barcelona (UB). Actualmente, cursa el Doctorado en Investigación en Arte Contemporáneo de la Universidad del País Vasco (UPV-EHU), y ejerce como crítica de arte en el periódico BERRIA.
Tomando la crítica feminista como punto de partida, trata de investigar como las intervenciones y expresiones, artísticas, culturales o políticas influyen en los espacios públicos y los imaginarios que creamos a través de estos. Tras finalizar sus estudios de Máster, participó en la última edición de las Residencias de Investigación Curatorial del Centro Huarte.
En esta desarrolló un proyecto de investigación titulado ¡Derecho a la ciudad! Imaginarios femeninos en la calle, con la que pudo ampliar su campo de estudio y aplicarlo al marco geográfico de Navarra. Además, ha participado en diversas ponencias en Artium (dentro del marco de las jornadas Desde las Aulas al Espacio Público), en la Biblioteca de Mujeres perteneciente a la Fundación Ipes; así como en la última edición de Ikergazte 2021.