Tristes presentimientos de lo que ha de acontecer.
Con razón o sin ella.
Lo mismo.
Dan valor las mujeres.
Son fieras.
Son.
Siempre sucede, no quieren.
Tampoco, ni por esas.
Habéis nacido. Para eso habéis nacido ¡Amarga presencia!
Sin remedio se aprovechan.
Enterrar y callar. Ya no hay,
ya no hay tiempo.
A otra.
Y a otra. Será lo mismo, tanto y más.
Lo mismo en otras partes. Aún podrán servir.
No se puede mirar. Caridad.
Lo merecía. Estragos. ¡Fuerte cosa es!
¿Qué hay? ¿Qué hacer más?
Por una navaja.
No se puede. Se puede saber. Saber por qué.
Tampoco. Tan poco.
Esto es peor.
Esto es.
Escapar entre llamas. Todo va revuelto.
También esto. Esto.
Esto. Yo lo vi.
Y también esto.
Esto es malo, así sucedió. Caridad de una madre infeliz.
No llegan a tiempo, expiró sin remedio, clamor es en vano.
Lo peor es pedir
Sanos y enfermos.
¿De qué sirve una taza? Si son de otro.
Las camas de la muerte, muertos recogidos, carretas al cementerio.
¡Qué alboroto!
¿Qué alboroto es este?
Extraña devoción.
Esta no lo es menos. Locura.
Nada lo dice.
Contra el bien, el buitre carnívoro rompe la cuerda,
se defiende bien.
Murió la verdad ¿si resucitara?
Fiero monstruo,
esto es lo peor.