En la VI edición del programa «Arte y Hospitales,» el Centro de Salud de Atención Primaria San Jorge / Sanduzelai abrió una convocatoria para desarrollar una intervención artística en el muro exterior del edificio, recibiendo un total de ocho propuestas. La propuesta ganadora fue la presentada por Garazi Valluerca, quien concibió un proyecto de mural colaborativo diseñado para involucrar activamente a agentes y asociaciones del barrio. Este enfoque buscaba no solo embellecer el espacio, sino también fortalecer los lazos comunitarios y promover la apropiación del espacio público.
El proyecto, basado en la exploración artística y filosófica de Garazi Valluerca, encuentra sus raíces en las ideas del filósofo Jacques Rancière y en el arte relacional. Inspirada en la capacidad del arte para transformar las percepciones y resignificar el entorno, Garazi planteó la creación de un mural que actuara como un espacio de reflexión compartida y que alterara lo que consideramos visible y decible en el día a día del barrio. La obra pretendía abrir nuevos espacios de pensamiento y reflexión, cuestionando las significaciones establecidas en el entorno cotidiano.
Con la idea de cocreación en el centro de este proyecto, el mural fue concebido no solo como una obra de arte, sino como un proceso participativo en el que cualquier persona podría sentirse artista y parte de la transformación de su comunidad. Ubicado en un espacio público y accesible para todos, el mural reivindica que el espacio común nos pertenece a todos, y que, a través de la colaboración, podemos construir un entorno más inclusivo y enriquecedor, capaz de mejorar tanto el paisaje como la convivencia.
Este mural colaborativo también fue pensado como un homenaje a los trabajadores del centro de salud y a la rica diversidad cultural del barrio de San Jorge. La participación abierta de la comunidad permitió que la obra se convirtiera en una representación de las identidades y culturas que coexisten en el barrio, una celebración visual de la vida y la energía comunitaria que resuena en el día a día de quienes lo habitan. Así, la obra se alza como una expresión de gratitud y de respeto hacia quienes sostienen y enriquecen la vida del barrio, desde los profesionales de la salud hasta los propios vecinos y vecinas.
Uno de los objetivos clave del proyecto fue romper con la idea de que el espectador es simplemente alguien que observa pasivamente una obra de arte. Más allá de ser una pieza estática, el mural busca transformar al espectador en un participante activo, en un creador dentro de su propio espacio. De este modo, el arte se convierte en una herramienta poderosa para construir un lugar de encuentro común, una plataforma donde los «sin voz» encuentran espacio para expresarse, representarse y ser visibles. La obra propone que cualquiera puede ser artista y que el arte puede generar un cambio tangible en la percepción de los espacios compartidos.
Para materializar esta visión, Garazi organizó una serie de talleres de creación colectiva a lo largo del verano y del inicio del curso. En estos talleres, los participantes del barrio desarrollaron los conceptos y mensajes principales que querían ver reflejados en el mural. Con estos insumos, el diseño del mural fue cobrando forma, integrando las ideas, anhelos y sentimientos de los vecinos y vecinas de San Jorge. Garazi trabajó sobre esta base para crear una propuesta final que no solo respetara las aportaciones de la comunidad, sino que también lograra plasmar la esencia colectiva en una obra de arte visible para todos.
Finalmente, el mural se alzó como una obra que representa la identidad y el sentir de la comunidad de San Jorge, convirtiendo el muro exterior del centro de salud en un reflejo de las voces y las experiencias de sus habitantes. El proyecto de Garazi Valluerca se posiciona así como una invitación a la reflexión, a la participación y a la construcción de espacios comunes que fomenten la inclusión, la diversidad y el respeto mutuo.