Los artefactos impresos y animados que forman las Caminografías son el resultado de una serie de viajes a los márgenes de los caminos de diferentes ciudades que los humanos utilizamos para saciar nuestra biofília. En las exploraciones se recopilan registros fotográficos y sonoros de los seres vivos más diminutos con los que se componen escenas, mapas y álbumes de expedición en los que conviven el trabajo artesanal y la tecnología digital. Durante la residencia de Marisa Mantxola en el espacio Cuarto Pexigo de Santiago de Compostela se ha documentado de forma minuciosa el parque Belvis con grabaciones y fotografías de la comunidad vegetal local.
Caminografías se presenta como una invitación a la contemplación pausada y detallada del territorio y se inscribe como un archivo excepcional de la vida encontrada en los lugares explorados y que tiene como objetivo rescatar la singularidad de lo más pequeño para diseñar la complejidad de lo enorme, una mirada hacia una cosmovisión que conecta lo humano con lo no humano.